La tecnología ya forma parte de casi toda nuestra vida. Está en todas partes: desde un ordenador, una tableta o incluso el móvil ya podemos realizar un montón de acciones cotidianas como mirar la cuenta del banco, buscar viajes para las vacaciones, hacer la compra o comunicarnos con otras personas.
A veces vamos por la calle y vemos a las gente con el móvil o la tableta en la mano porque usamos la tecnología para todo, incluso para trabajar.
Se nos vende como una manera de mejorar nuestra vida, y realmente es cierto que gracias a ella podemos acceder a un mundo de información al que antes no podíamos y ya no tenemos que pasarnos horas en una cola para que nos atiendan en una tienda o un banco. Realmente nos ha hecho la vida más fácil pero, ¿qué hay de esas personas que debido a que tienen alguna discapacidad su vida es más complicada?
La tecnología también ha hecho mucho por ellas, para hacer que su vida no sea tan difícil: equipos ergonómicos para que aquellos a los que les falte algún miembro puedan utilizarlos, programas de sonido que les ayudan a utilizar todos los programas del ordenador y otros programas creados para facilitarles la vida y que no se sientan excluidos. La pena es que no todo el mundo se los puede permitir.
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